1. Cambia todo cambia: Revise con qué frecuencia dice que las cosas “no” funcionan, o “siempre” van mal. Mejor, cambie por “a veces” y “últimamente”, porque ayudan a ver el evento como algo más temporal y aprender sobre el estado de impermanencia de la vida.
2. Limitar el impacto: Vea cualquier fracaso como resultado de condiciones muy específicas. No generalice ni ocupe frases universales. En vez de decir, “todos los jefes son idiotas”, piense, “mi jefe es injusto”.
3. Nada es personal: Las causas de acontecimientos negativos pueden ser externas, pero sin culpar a otras personas, son circunstancias. Aunque también es necesario tomar responsabilidades.
4. Visualice un resultado positivo: Imagine que las cosas van bien ayuda a relajarse y pensar con optimismo. Dese el tiempo para soñar, imaginar y sentir ese estado, esto aliviará la ansiedad y reducirá el miedo.
5. Acepte lo que no puede cambiar: